Kaudal reunió en una mesa redonda a expertos de la OCDE, la AEAT, la CEOE y la Fundación Cotec para debatir la efectividad de los incentivos fiscales en el entorno de la investigación y el desarrollo
El entorno de países miembros de la OCDE ha demostrado, en los últimos años, una tendencia al aumento del peso de los incentivos fiscales en el conjunto de políticas de fomento y desarrollo de la I+D+i. En el conjunto de estos países, España continúa ocupando la cola de la lista, aunque está, poco a poco, escalando y convirtiéndose en una alumna que apunta al sobresaliente. Estas son varias de las conclusiones que arrojan los dos estudios de la OCDE -“The effects of R&D tax incentives and their role in the innovation policy mix – findings from the OECD microBeRD project, 2016-19” y “Measuring R&D tax support: Findings from the new OECD Tax Incentives Database”– que se presentaron el pasado martes 10 de noviembre en el debate “La fiscalidad en Ciencia e Innovación según la OCDE”. La jornada, organizada por Kaudal, contó con el apoyo de la Fundación Cotec y de la OCDE.
El evento contó con la participación de expertos en la materia, como Fernando Galindo Rueda, economista principal de la División de Política científica y Tecnológica en la Dirección de Ciencia, Tecnología e Innovación de la OCDE y coautor de los estudios; Francisco Marín Pérez, vicepresidente de la Comisión de I+D+i de la CEOE; Manuel Olea, inspector asesor de la Subdirección General de Ordenación Legal y Asistencia Jurídica de la AEAT, y Jorge Barrero Fonticoba, director general de la Fundación COTEC. Juan Manuel Garrido Moreno, director de Relaciones Instituciones e Innovación de ARQUIMEA Group y asesor ejecutivo para Estructuración y Análisis Económicos de Kaudal, se encargó de moderar la sesión.
Nuestro país ha incrementado sustancialmente en los últimos años el uso de los instrumentos de política fiscal para dinamizar la investigación y el desarrollo, pero sigue presentando algunas carencias en lo que respecta a la relación entre cómo está definido el instrumento en el plano teórico y su posterior aplicación práctica real. En este sentido, la efectividad de los incentivos fiscales se está viendo muy limitada y, por consiguiente, se está frenando su capacidad tractora de la política innovadora.
El informe de la OCDE, en línea con los últimos informes de la AIReF en esta materia, encuentra un factor de adicionalidad de 1,4. Esto se traduce en que, por cada euro de incentivo público, se activan 1,4 € de inversión privada en el ecosistema innovador. El estudio refleja también la capacidad de los incentivos fiscales de aumentar las tasas de empleo del personal investigador, tanto en volumen como en número de personas; además de un aumento neto de la actividad investigadora, tanto de forma intensiva -mayor volumen de actividades de I+D+i- como extensiva -mayor número de empresas que realizan actividades de I+D+i-. Además, siempre de acuerdo con el análisis de la OCDE, las empresas que históricamente habían llevado a cabo una actividad menos intensiva en I+D+i son más receptivas al incentivo fiscal.
El evento finalizó con un debate abierto entre los asistentes a la mesa redonda, en el que se constató la necesidad de reformas normativas, precisas y con alto grado de corrección, para liberar el potencial completo de los incentivos fiscales a la I+D, un instrumento que permite una adopción muy rápida por parte del tejido empresarial, dato muy relevante en el contexto económico actual.