De la idea a la práctica: metodologías de innovación

I+D
Marzo 18, 2023
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¿Cuántas veces has contado a tus amistades algo muy importante para ti que todavía no te has lanzado a hacer? Nuestros sueños, nuestras expectativas o nuestros planes de negocio solo se ponen en marcha si nosotros damos el primer paso. Porque, como dice el refrán, del dicho al hecho hay un trecho. Pasar de la idea a la práctica no es un proceso sencillo, pero llega un momento en el que tenemos que bajar del mundo de las ideas y mancharnos las manos. No queremos que tu creatividad se estanque y, por eso, vamos a enseñarte algunas estrategias con las que podrás impulsar y gestionar tus ideas a la perfección. ¿Quieres innovar con éxito? ¡Sigue leyendo!

Distintos enfoques de innovación

Existen una serie de estrategias con las que, además de reconocer tus objetivos de innovación, vas a encontrar una solución que se ajuste a cada tipo de reto. Es por ello que, a continuación, te vamos a explicar los procesos de innovación que debes conocer. ¡Toma nota!

Design Thinking

Vamos a comenzar mostrándote una de las metodologías más en boga y que puedes reconocer en empresas como Google o Apple: el Design Thinking.

El pensamiento de diseño debe su origen a Herbert Simon, galardonado por la Academia de Ciencias sueca con el premio Nobel de Economía en 1978. Sin embargo, tuvieron que pasar varios años hasta que la mayor parte de las empresas incluyesen este modelo en sus procesos de innovación. Concretamente, no fue hasta 2008 cuando Tim Brown, profesor de la universidad de Stanford, conceptualizó en un artículo este término.

Como explica el propio Brown, el Design Thinking “es una disciplina que usa la sensibilidad y los métodos de los diseñadores para hacer coincidir las necesidades de las personas con lo que es tecnológicamente factible”. De hecho, muchas veces a esta metodología también se la conoce como Human-Centered Design. Consecuentemente, explica Brown que, a través del Design Thinking “una estrategia viable de negocios puede convertir en valor para el cliente, así como en una gran oportunidad para el mercado”. Es por eso que este instrumento de innovación puede llegar aplicarse a cualquier sector.

El Design Thinking busca generar un nuevo concepto y para conseguirlo se llevan a cabo 5 fases que no siempre se desarrollan de manera lineal. ¿Por qué? Porque a medida que se va trabajando sobre este modelo van surgiendo nuevos problemas que hay que resolver. No obstante, el esquema sería el siguiente:

  • Empatizar con las necesidades de los usuarios potenciales.
  • Definir el problema actual de los usuarios potenciales.
  • Generar gran cantidad de ideas para dar con nuevas soluciones creativas.
  • Prototipar la idea seleccionada.
  • Probar si el prototipo logra resolver el problema actual de los usuarios potenciales.

Por último, cabe decir que para poder desarrollar el Design Thinking es fundamental:

  • Trabajar en equipo poniendo en valor las destrezas de cada uno de los integrantes.
  • Estar en un ambiente que permita al mismo tiempo estar relajado y desarrollar la creatividad.
  • Utilizar mucho contenido visual para dejar volar la imaginación.

Otros modelos de innovación

Todavía muchas personas piensan que el proceso creativo consiste en quedarte un ratito a solas y anotar en un papel todas las ideas que se te vayan viniendo a la cabeza. Pero nada más lejos de la realidad. Porque aunque puede que alguien de pronto, y por sí mismo, tenga la idea del siglo, esto no es lo más habitual.

Como puedes comprobar, necesitamos estar al día de las últimas tendencias, tenemos que colaborar con otros profesionales y debemos experimentar para después analizar los resultados obtenidos. Es decir, que la creatividad y la innovación están más relacionadas con un trabajo planificado que con la mera improvisación. Por eso, si sigues leyendo explorarás otros modelos de innovación que te van a ser de gran utilidad.

Lean Startup

Las pequeñas empresas de reciente creación necesitan sobrepasar la incertidumbre. Por eso en el modelo Lean Startup se busca conocer lo que realmente quieren los usuarios potenciales, aunque ellos todavía crean que quieren otra cosa. Este modelo se basa en la creación, la medición y el aprendizaje. Por lo que se logra poner en marcha proyectos al tiempo que procura la retroalimenación de los clientes hasta la versión final del bien o del servicio que se va a proporcionar. Es por ello que al hablar de Lean Startup se habla de aprendizaje validado, porque se testea con rapidez las hipótesis planteadas para reconducir la idea.

Al igual que en el Design Thinking, el Lean Startup busca diseñar prototipos y verificar hipótesis. Sin embargo, mientras que la primera técnica conoce plenamente las necesidades de los usuarios potenciales antes de desarrollar un bien o un servicio, la segunda busca va generando prototipos y obteniendo feedback hasta elaborar el bien o el servicio final.

Agile

La metodología Agile es una filosofía que, a diferencia de las otras dos técnicas mencionadas, permite la reevaluación de proyectos de desarrollo interactivo. Busca implementar una idea de la forma más eficiente posible y, para ello, reivindica la participación activa del potencial usuario durante todo el proceso de desarrollo. De esta forma, se garantiza una rápida capacidad de respuesta ante cualquier cambio al reducir al mínimo los tiempos de reacción y de toma de decisiones. Otra de sus características es la autonomía y la responsabilidad compartida que se otorga a cada uno de integrantes del equipo. El objetivo de esto es asignar los recursos de forma más dinámica y generar un ambiente de colaboración en el que cada miembro se relacione de forma respetuosa con sus compañeros.

Open innovation

Por último, no queríamos dejar sin mencionar el sistema de innovación abierta. Una estrategia que se nutre de nuevas ideas en cada una de las partes del proceso en el que se genera un bien o un servicio. ¿Cómo? Teniendo en cuenta a todos los stakeholders de una actividad empresarial. Es decir, que empiezan a considerarse tanto ideas internas como ideas externas de un equipo de trabajo. Este modelo logra que el proceso por el cual se va a generar un proyecto sea mucho más creativo. Y, además, permite crear nuevas formas de negocio gracias a los vínculos y las alianzas que se forman entre todos los colaboradores. Recuerda: ¡de la unión nace la fuerza!